Estrategias inteligentes para preparar tu huerta de la época lluviosa 01/05/2024 – Publicado en: TIPS DE SIEMBRA

¡No sabemos cuándo va a empezar a llover, pero que las aguas no te agarren desprevenido! Aunque no podemos ver el futuro, sí podemos ayudarte para que te prepares y puedas sacarle provecho a esta época.

Lo primero que recomendamos, si no lo has hecho aún, es planear qué quieres sembrar.

Antes de sacar la pala, busca un lápiz y papel y haz una lista de los cultivos que te gustaría sembrar, así como un mapa o diseño sencillo del espacio disponible, sin importar si es una parcela grande o solo un patio pequeño.

Si aún no sabes qué sembrar, o si buscas inspiración, aquí te damos algunas ideas.

Una excelente estrategia para aprovechar el espacio, reducir las plagas, y maximizar la diversidad de tus cosechas es por medio de las asociaciones de cultivos. Este concepto se refiere a sembrar en un mismo espacio dos o más tipos de plantas diferentes simultáneamente.

Hay plantas que benefician a otras por medio de sus funciones de atraer polinizadores, repeler plagas o al contrario atraerlas (dejando el cultivo principal ileso), o simplemente crecen sin interferir con otras (por la duración de su ciclo o su tamaño, por ejemplo.) Además, una mayor biodiversidad es increíblemente beneficiosa para la microbiología del suelo.

A continuación te brindamos algunos ejemplos de asociaciones de cultivos para inspirarte, ¡pero te instamos a experimentar y guiarte por tus propios resultados!

En este tema no hay opciones correctas e incorrectas, todo depende de tu contexto y lo que quieras sembrar.

El ejemplo clásico de asociación de cultivos es la milpa, sobre la cual hablamos más a detalle en este artículo. La milpa es una asociación de maíz, frijoles trepadores (como la Vainica Mágica San Luis), y ayote (idealmente una variedad que se extienda, como el Ayote Sapo o el Ayote Criollo Cartago).

¡Los tres se benefician mutuamente, y podemos cosechar 3 cultivos de un solo espacio!

La brócoli y la coliflor son cultivos de ciclo relativamente largo, y requieren un espacio entre plantas relativamente amplio. Ya grandes, este espacio se llena bien, pero a la hora de transplantar, queda mucho suelo descubierto.

En ese espacio entre plantas, podemos sembrar otro cultivo de ciclo corto, como culantro, arúgula, o lechuga, que estará listo para cosechar cuando nuestra brócoli o coliflor comience a expandirse.

El ajo, la cebolla, el cebollín, y demás cultivos similares, con su olor fuerte repelen algunas plagas y ayudan a enmascarar el olor de otros cultivos, entonces pueden ser buenas compañeras para muchas variedades.

Sin embargo, debe evitar asociarlas con leguminosas (como frijoles, vainicas, y gandules), pues los componentes que estos primeros producen afectan a las bacterias fijadoras de nitrógeno que ayudan a estas leguminosas.

Si ya las has sembrado antes, sabrás que las hortalizas como el pak choy o la mostaza son de las preferidas para plagas como babosas, caracoles, y ciertas especies de orugas. Podemos usar esto a nuestro favor sembrando unas cuantas plantas como cultivos trampa.

Los cultivos trampa sirven para atraer ciertas plagas y mantenerlas alejadas de cultivos similares que se buscan proteger. Efectivamente, como un imán para plagas.

Para este fin, lo recomendable es sembrar estas plantas trampa en las orillas por donde es más probable que lleguen estas plagas, con el fin de distraerlas en el perímetro del jardín o la huerta, y no aplicarles insecticidas ni repelentes.

Si quieres sembrar de estas hortalizas para consumo, deberías colocarlas lejos de los cultivos trampa y a estas sí darles los cuidados necesarios para protegerlas. Las plagas van a optar por la opción más vulnerable y de más fácil acceso – es decir, el cultivo trampa.

Las flores (como la Caléndula y el Tagetes) y las aromáticas (por ejemplo el romero, tomillo, menta, y albahaca) son excelentes para atraer polinizadores e insectos benéficos, y repeler plagas.

Además, generalmente son plantas compactas que ocupan poco espacio y poco cuidado, y nos brindan una cosecha extra, así como belleza y color para la huerta.

Una vez que sepas qué vas a sembrar, es momento de hacer inventario.

  • ¿Tienes suficiente semilla de cada variedad? Si son semillas viejas, ¿aún germinan? Si no germinan, ¿cuánta semilla necesitarás comprar?
  • ¿Tienes suficiente abono e insumos para la siembra? ¿Necesitas algún material adicional (como macetas, postes, mallas, etc.)?
  • Si vas a sembrar o encargar la confección de almácigos, toma en cuenta el tiempo que se tardarán en estar listos (para la mayoría de variedades es alrededor de un mes).

Si hay que salir a chapear o limpiar el terreno, debemos procurar dejarlo cubierto de una vez, para evitar que el viento se lleve la capa fértil, así como proteger el suelo y su microbiota de los efectos del sol directo.

Cabe recalcar que el suelo es un recurso valioso que debemos cuidar en todo momento, no sólo cuando tenemos cultivos sembrados. Un suelo saludable es la clave principal para tener plantas saludables.

Si siembras en macetas, la cobertura no es menos importante. Además es buen momento para refrescar la tierra y agregar más abono.

En este artículo del blog, hablamos sobre la importancia de la cobertura de suelo en el verano, pero en el invierno no deja de ser necesario. La cobertura sigue protegiendo a los microbios que viven en el suelo y los nutre, además de que ayuda a detener la erosión causada por los aguaceros fuertes.

Ahora sí, ya tenemos planeado qué vamos a sembrar y adónde, ¡estamos listos para salir a ensuciarnos las manos!