¿Qué significa la pérdida de agrodiversidad?

¿Cuántas variedades de cultivos realmente conocemos? Nuestros antepasados, hablemos de abuelas y bisabuelas para no irnos muy atrás, tenían una dieta mucho más diversificada y sana de la que tenemos nosotros hoy en día. Conocían verduras, frutas y vegetales que probablemente muchos jóvenes desconocen actualmente. Existían verduras como la jaiba, el ayote cuero de sapo y los maíces de colores por dar unos ejemplos.

Estamos al tanto sobre la pérdida de diversidad de la vida silvestre y animales en peligro de extinción; pero resulta que ocurre de forma similar con las variedades de alimentos.

Este cuadro de abajo es el resultado de una investigación llevada a cabo en Estados Unidos y compara la cantidad de variedades vendidas por casas comerciales de semillas en el año 1903 y luego en 1983. Muestra claramente la cantidad de variedades que se han extinguido en menos de un siglo y que no volveremos a tener el privilegio de degustar; por ejemplo, en 1903 había 497 variedades de lechuga, 307 de maíz y 341 de ayote, mientras que en 1983 había solo 36, 12 y 40 respectivamente.

Hemos perdido más del 80% de las variedades de cultivos que existían en el mundo en tan sólo los últimos 100 años…

¿Por qué sucede esto?

A partir de la segunda mitad del siglo XX comienza la Revolución Verde; puede sonar como un término ambientalista, pero no lo es. Es un periodo donde se busca aumentar la eficiencia y productividad agrícola a escala industrial pero lastimosamente instaura un modelo agrícola insostenible a mediano y largo plazo. Se basa en gigantescas siembras de monocultivos, pérdida de ecosistemas naturales, uso intensivo de productos químicos que dañan la salud y el ambiente.

Dentro de este profundo cambio se disminuyen y estandarizan las variedades de cultivos que se siembran, se desarrolla una industria de semillas híbridas que desconectan a los productores de sus raíces y de las semillas heredadas por sus generaciones pasadas y se desacredita gran parte del conocimiento y la genética generada por comunidades agrícolas ancestrales.

No es prudente simplemente desechar la diversidad agrícola que hemos generado por más de 10 mil años, desde que comenzamos a hacer agricultura, la necesitamos para enfrentar los desafíos del mañana.

¿Por qué es importante rescatar y preservar la agrodiversidad?

En la diversidad está la clave para la capacidad de adaptarse; los genes que poseen las semillas y los cultivos podemos conceptualizarlos como una biblioteca a la cuál podemos acudir cuando necesitemos desarrollar variedades nuevas o reincorporar variedades viejas de cultivos.

Necesitamos cultivos que resistan sequías, exceso de humedad, infección de bacterias u hongos específicos, ataques de insectos etc. Entre mayor sea esa biblioteca, mayores posibilidades tenemos de enfrentar los desafíos de la agricultura del futuro.

¿Que vamos a hacer si dependemos de unas cuantas variedades comerciales y extinguimos todo lo demás? por todo esto es importante las semillas que elegimos cultivar y el tipo de agricultura que decidimos apoyar.

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