El entusiasmo de ver germinar tus propias plantas 

El entusiasmo de ver germinar tus propias plantas 

Escrito por Gabriel Bravo, cofundador de Semillas Plantae

¿Qué sientes al ver germinar una semilla?

Esa pequeña chispa de vida que emerge de la tierra tiene el poder de transformarnos, recordándonos que incluso los gestos más simples pueden dar inicio a algo extraordinario.

La emoción de ver germinar y el asombro del frijol en el algodón

No puedo asumir lo que otras personas sienten cuando siembran una semilla pero desde mi experiencia personal, he llegado a la conclusión de que sigo haciendo agricultura por el sentimiento que me da ver una semilla emerger del suelo.

Hay algo casi mágico en ver germinar una semilla; ese pequeño brote que emerge de la tierra, lleno de vida y potencial, nos recuerda que hasta el gesto más pequeño puede dar inicio a algo grande.

Germinar es un acto de paciencia y cariño, un reflejo de la naturaleza que, poco a poco, nos conecta con algo más profundo.

Me recuerda al asombro universal que causaba el experimento del frijol en el algodón cuando estábamos en la escuela. ¿Cómo es posible que ese objeto inanimado esté vivo? 

Reflexiones desde el campo

Cuando experimento algo bonito o abrumador, intento no decir palabras en tiempo real. Esto con el sentido de simplemente dejar el sentimiento más intacto. Interiorizo sobre los procesos que vivo en el campo. Una constante es la apreciación de simple y llanamente observar las plantas que brotan.

Cada día, al cuidar una planta, descubrimos una parte de nosotros mismos. La germinación es un recordatorio de que las cosas buenas requieren tiempo y cuidado, y de que cada brote es una pequeña victoria de la vida.

Hay algo realmente potente en esa evolución; el cambio constante que conlleva a más tejidos, ramificaciones y flores. 

El cambio de temporada

Contemplando una nueva temporada productiva, siento el cambio aproximándose con la venida de Diciembre. Las semillas en la tierra se sienten más seguras, aprovecharon las bondades de las lluvias y junto con ellas espero ahora vengan las bondades del verano. 

La finca y nuestras vidas entran en un reposo del ajetreo, nos damos el tiempo para disfrutar a nuestras familias y las invitamos a la finca para compartir el gozo de un espacio lleno de vida.

La germinación es una analogía de un nuevo aire, de un nuevo tiempo. Sembrar es el antídoto al agobio de la rutina, sembrar es una de las acciones más genuinas. 

Germinar, un acto de conexión

Germinar es un acto de paz. Nos ayuda a desconectarnos de las distracciones y a sumergirnos en el momento presente. Hay muchos estudios que han mostrado que el cultivo y el cuidado de plantas reducen el estrés y promueven un bienestar profundo.

Este texto es para recordarme por qué hago lo que hago. Este texto es, ojalá, para reenamorar a los que les gusta tener tierra en las uñas. Este texto es para alentar a los que siembran para que alienten a los que aún no siembran.